La mayoría de mis amigos la califican como persona. Tratar de pintar una descripción física exacta de esta persona es muy difícil pero lo que sabemos por cierto es que es mujer. No tenemos duda cuanto a su sexo porque todos dicen que tiene senos, pechos, tetas o chiches. Además, toda la gente coincide que esas tetas son enormes, caídas o colgadas. Rodolfo Rodriguez la describe “con las tetas hasta el ombligo”. Unos dicen también que esta desnuda.
Otra característica física es que es una mujer vieja y fea aunque a primera vista se ve bonita. Acerca de su estatura, parece que es más alta que pequeña. Unos dicen que es flaca, otros dicen que es gorda y culona. El pelo lo tiene largo y mal peinado, desgreñado o greñudo. Supuestamente, tiene uñas largas como bruja. Según la leyenda, la Siguanaba es así por la maldición que le infligió el dios Tláloc, la cual consiste en que después de ser la mujer más hermosa, se convirtió en la más fea.
Todos dicen que se encuentra esa persona durante la noche o en la madrugada. El lugar exacto varia según los relatos. A veces se ve al lado de los lavaderos, en los ríos, a orillas de los ríos o en las quebradas donde corre agua. Esos lugares están situados en el campo y son solitarios. Un amigo de Chalchuapa es más preciso y me cuenta que la Siguanaba aparecía en la laguna Cuzcachapa y también en el Trapiche (donde hay unos lavaderos comunes).
La mayoría del tiempo está lavando ropa pero unos dicen que se ve bañándose chulona. También mucha gente dice que está golpeando sus tetas a la misma vez que está lavando contra las piedras o salpica el agua con sus senos descubiertos. Quizás este ruido es lo que atrae la gente a acercarse a ella aparte que se ve bonita de lejos. Una amiga dice que supuestamente está llorando y buscando a su hijo el Cipitio. Eso podría ser otra razón para explicar el porque la gente se acerca. Pero no es cualquiera gente que encuentra a la Siguanaba. Siempre se habla de hombres, esos hombres que se regresan tarde a la casa después del trabajo o de haber bebido en los chupaderos.
La Siguanaba les seduce y les invita a acercarse. Al principio aparece bien chula, bien linda. Parece ser sociable y amigable pero después se convierte en mujer fea y se burla de la gente. Enamora los hombres para engañarlos y asustarlos. Les juga y les deja tontos y locos. Supuestamente la gente dice que uno no debe mirarla en los ojos: “si te mira te quedas pasmado” dice Dixi Lopez. Otra amiga de Santa Ana dice: “el encuentro deja consecuencias emocionales y mentales como locura y depresión, o manifestaciones físicas como altas fiebres”. Todos los que la encuentran se quedan en cama por unos días después con fiebre. Otros dicen que hay hombres que se mueren del susto: “se supone que el abuelo de mi abuelita murió después de verla por una gran fiebre del susto que llevó”.
Entonces, si uno encuentra la Siguanaba en su camino, no cae en su juego. Sea fuerte y sigue caminando en otra dirección. Unos dicen que existen palabras para que la Siguanaba se desaparezca pero todavía no he encontrado alguien que me pueda decir precisamente esas palabras mágicas.
Sería un placer conocer más historias de la Siguanaba, si tienes alguna que compartir no dudes en escribir o comentar.