Con Navidad llega mi librito “Caliche de mi Pulgarcito” sobre la lengua salvadoreña. Desde que llegué en El Salvador por primera vez, me enamoré de esta manera de hablar, esta lengua que forma parte de un patrimonio muy importante que uno debe de cuidar. Es una riqueza en vocabulario e imágenes que no se puede perder.
La gente tiene unas expresiones tan divertidas y a veces se escucha como que si es poesía. Todas esas expresiones ponen un poco de picante en la vida diaria de la gente. Espero que la gente salvadoreña sigua educando las nuevas generaciones y pasa su sabiduría a los pequeños.
Creo que la lectura de este libro le traerá buenos recuerdos y le hará reír. Todavía estoy aprendiendo y lo que he escrito acá representa ni un cinco por ciento de lo que ofrece el país y su gente humilde. Yo sé que voy a seguir con mi educación en la lengua salvadoreña. Mi viaje solo está empezando y espero, quizás un día, poder hablar como el mero mero salvadoreño.
Hay mucha gente que me gustaría agradecer con su ayuda para la publicación de este libro. De una manera, todas las personas que encontré en mis viajes me han educado, sin saberlo quizás, en mi aprendizaje de una cultura tan interesante. Agradecimientos a la familia Doñan Soto, familia Doñan Landaverry, Rafael Huezo, Luis Sandoval, Sara Rodríguez, Melvin Pineda, familia Doñan Hernández, familia Vela, Arthur Panameño, Ángel Alvarado, Mali Dimas, Jhony Solano, Gabriela Rivera, Mauricio Siriany, Gloria Rodríguez, familia Velasco, José González, Iliana del Salto, familia Joma, familia Ávila, Roberto Hernández, Rudy Hernández, Karen Chedraui, Jimmy, Jorge Vargas Méndez por su ayuda y sus bonitas palabras en el prologo y a Walter Salomón por darle más vida a esta publicación con sus ilustraciones.
Si le gustaría contarme sus historias, recuerdos, o simplemente compartir expresiones suyas, me encantaría escucharlos o leerlos.
http://www.blurb.com/ebooks/559422-caliche-de-mi-pulgarcito
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